La parte de mi infancia que más me acuerdo es a partir de primero donde empecé una nueva etapa en los Salesianos de Atocha. La verdad que me trataron muy bien los profesores aunque creo que no me valoraron los suficiente. Yo de pequeña sufrí dislalia lo que hizo que me costara más que a otras personas sacar el curso, ya que iba más retrasada en lengua y la lengua es la base de las demás asignaturas.

Pero en la ESO todo cambió el esfuerzo que hice en primaria mereció la pena. Aquí es donde conocí al mejor profesor que he tenido Juan Luis (profesor de lengua). Juan Luis apoya a todo el mundo y nunca da a una persona como perdida, cree que todos valemos la pena y siempre te ofrece su ayuda, él si hace falta se queda después de clase hasta que lo entiendas.

Para mi es una persona digna de admirar y no creo que este equivocada porque creo que todos le valoran tanto como yo. Hasta la gente que no lo conoce se da cuenta de esto simplemente viendo las graduaciones. Por ejemplo en mi graduación de cuarto de todos los profesores que estaban en el escenario él fue el que más abrazos recibió y abrazos de verdad no por cumplir. Aún me acuerdo de lo que sentí cuando yo le dí el abrazo, fue el momento en el que me dí cuenta que había terminado una preciosa etapa de mi vida una etapa donde todo se quedaría en recuerdos. 

Al terminar la ESO empezó mi nueva etapa después de 10 años en el mismo colegio, me cambie al IES Cervantes. Este cambio lo quise realizar para poder ver formas diferentes de educar y conocer gente nueva, ya que es una forma muy diferente la educación que se da en un concertado a la que se da en un público. Es verdad que me costó hacerme a la idea dejar tantos años de amistad pero estoy contentísima de haber hecho ese cambio.

A partir de 3º o 4º de primaria ya sabía que quería ser profesora antes de esta edad me planteaba ser princesa, peluquera...Aunque lo tuviese muy claro alguna vez que otra lo he dudado sobre todo en 4º de la ESO y en bachillerato porque venían a darnos las charlas de orientación y nos daban tantas opciones que te hacían dudar alguna vez, hasta me replantee estudiar medicina :). Pero aun así mis ganas de ser maestra ganó a todo. Mis ganas de poder ayudar a los demás.