miércoles, 29 de enero de 2014

El haber sufrido dislalia de pequeña ,ha marcado a  lo largo de mi vida porque esto ha hecho que tuviese que esforzarme más, dedicar más tiempo a los deberes y superar algunos miedos como leer en alto, hablar inglés, etc. De pequeña me preguntaba si tanto esfuerzo merecía la pena. Yo notaba que estudiaba y me esforzaba mucho más que los demás y eso no se reflejaba en las calificaciones. Se puede decir que mi vida ha sido y es como la de una hormiga, grano a grano se hace el granero.
Está claro que yo sola no podría haber afrontado mi problema. Siempre he contado con el apoyo de mis ellos me han llevado al logopeda. Mis padres han dedicado diariamente muchas horas a ayudarme a las tareas de clase. Mis padres nunca dudaron de mi, como creo que lo hicieron algunos profesores. Por esto le estoy muy agradecidos a ellos.
Hace un tiempo pensando en el por qué siempre he querido ser profesora de niños con algún retraso escolar o discapacidad, llegué a la conclusión que mi problema de dislalia ha sido una de las causas. Quiero ayudar a los niños con más dificultades, darles una oportunidad. Creo que quien quiere puede. Estos niños necesitan más apoyo que otros y muchas veces los profesores se centran más en los que van bien. Yo a lo largo de mi vida como estudiante he visto casos en los que el profesor ha pasado de alumnos y estos han pensado que no valían para nada, una de las causas que les ha llevado ha dejar de estudiar.
Me encantará ser un profesora que apuesta por cada uno de sus niños si excepción. Esto es difícil pero yo espero conseguirlo y que los demás profesores lo vean así.

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